En esta entrada del blog, os muestro la forma en que preparo yo las berenjenas rebozadas y fritas para que queden crujientes. Es la forma que encuentro para que los niños acepten comer verduras, los convenzo para que crean que son patatas fritas, !a veces cuela!
Come vereis, es muy simple. No utilizo huevo para el rebozado, únicamente se prepara una mezcla a partes iguales de harina y agua para rebozar las laminas de berenjena. Cuanto más tiempo las tienes friendo, más crujientes te salen.

2 o 3 berenjenas (según el tamaño)
Harina
Agua
Sal
Aceite de oliva
Preparación:
Prepararemos la mezcla para el rebozado en un plato, para ello pondremos medio vaso de harina y medio vaso de agua. Las cantidades son orientativas, ya que depende de la cantidad de berenjenas y de su tamaño que vayamos a preparar. Si nos quedamos cortos de rebozado, se puede volver a preparar en menos de un minuto más cantidad.
La proporción de la harina y el agua (medio vaso de harina y medio de agua), es bastante acertada, al final la mezcla para el rebozado, tiene que quedar como una papilla caldosita, o como un yogurt liquido de los que se beben.
Haremos la mezcla con una cucharilla, evitando que queden grumos de harina.
Añadiremos una pizca de sal.
Preparamos las berenjenas, quitándole el tronco y la piel.
Cortaremos las berenjenas en láminas de unos 4 o 5 milímetros.
Hay que tener en cuenta que cuanto más finas se corten, más pronto se freirán y quedarán también más crujientes, así es que si tenéis buen pulso o alguna maquina de cortar, las podéis hacer todo lo finas que queráis.
En una sartén, ponemos aceite de oliva (una capa de unos 5 milímetros) y lo vamos calentando .
Mientras se calienta el aceite, vamos rebozando las láminas de berenjena recién cortadas.
Las iremos dejando en un escurridor puesto sobre un plato, de esta forma al mismo tiempo que vamos rebozando van escurriendo el exceso de rebozado.
Prácticamente al mismo tiempo que estamos rebozando, iremos poniendo ya algunas berenjenas para que vayan friéndose.
Al poco tiempo, vamos levantando alguna berenjena, para ver como están. Si vemos que ya están doraditas por un lado, les damos la vuelta a todas.
Al cabo de otro tiempo, comprobamos la otra cara de las berenjenas. Si ya están bien fritas, las sacamos y las vamos dejando en un plato al que le habremos colocado un par de capas de papel de cocina para que vayan absorviendo el exceso de aceite.
Cuando saquemos las berenjenas que ya están fritas, añadimos más berenjenas de las que teníamos en reservadas en el escurridor.
Y ya tenemos un plato rápido y muy fácil de preparar.
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